Sunday, March 17, 2013

Hienas y leopardos

Había una vez en el desierto del Sáhara un gran oasis rodeado de vegetación y grandes palmeras. En los alrededores vivían gran cantidad de animales diferentes, que convivían en paz comiendo vegetales y bebiendo el agua fresca del oasis en el cálido desierto. Había dromedarios, camellos, antílopes, lagartos y serpientes variadas. También había, no muy lejos de allí, un pequeño oasis donde vivía una manada de hienas, y en la dirección contraria otro pequeño oasis donde vivía una manada de leopardos.

Habían pasado varios años de sequía y tanto el oasis de las hienas como el de los leopardos se habían ido secando y ya no quedaba agua para beber, así que empezaron a bajar a beber hasta el gran oasis. Al llegar allí, todos los animales tenían que salir corriendo a esconderse hasta que las hienas o los leopardos hubiesen acabado de beber, porque sino, se los podían comer! Había otros días en que coincidían las hienas con los leopardos y entonces había luchas, peleas y batallas entre todos ellos.

Toda esta situación hacía que la comunidad de animales del gran oasis tuviera que estar siempre pendientes de la llegada de alguna de las dos manadas, y se pasaban el día vigilando, nerviosos y angustiados. Pensando que ya no podían seguir así, se reunió el Consejo del oasis para debatir y ver qué podían hacer.

Estaban reunidos un dromedario, que era el jefe del consejo, el antílope y la serpiente.

- Ya no podemos más!! Hay que buscar una solución!!, dijo el antílope. Ya estoy cansado de correr a todas horas!!
- Tengo una idea, dijo la serpiente. Viendo que es imposible que seamos todos amigos y nos llevemos bien, al menos podríamos proponerles hacer turnos para beber en el oasis.
-  Buena idea!! exclamó el dromedario. Podríamos aprovechar la gran palmera para que haga de reloj solar y hacemos tres marcas en el suelo, y cuando la sombra esté en cada marca será la hora de beber de cada manada. Iré a proponérselo a los leopardos.

Para que no se lo comiesen, el dromedario se ató un pañuelo blanco al cuello en forma de bandera blanca y se fue a ver a los leopardos. 
- Vengo en son de paz con la bandera blanca!! Sólo quiero hablar con vuestro jefe!!, gritó desde lejos

Al llegar le llevaron ante el jefe leopardo y les explicó que ya no podían seguir viviendo así y que podrían hacer turnos para beber en el gran oasis. A los leopardos les pareció bien, así que el dromedario se fue a visitar a la manada de las hienas.

Las hienas son más malvadas y no hicieron caso de la bandera blanca y le rodearon para intentar comerse al dromedario, pero en ese instante apareció toda la manada de leopardos y les pegaron una buena paliza.
- Eso no se hace, hay que respetar siempre la bandera blanca, dijeron los leopardos a las hienas. A partir de este momento vamos a hacer turnos para beber en el gran oasis. Y el día que no respetéis vuestro turno, os vais a enterar!!

Desde ese día, viven todos en paz: los leopardos, las hienas y la comunidad de animales del gran oasis. Siempre respetando los turnos. Siempre existe alguna solución para mejorar la convivencia entre animales y personas diferentes.

FIN

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